la pelotuda de la foto soy yo.

Esa foto es tan mi vida. Nada puede retratar mejor lo que veo, siento y hago. Y es contradictorio, porque generalmente, en esas situaciones, no veo, ni siento.. solo hago. No importa quién, cómo ni dónde. No importa nisiquiera si quiero. No importa nada. No sigo mis deseos, sigo los ajenos. Yo no los deseo, a nadie. Yo vivo momentos, que a veces ni me interesan.

Yo dejo que me usen. A nadie le interesa nada, no saben ni lo que pienso, ni lo que quiero, ni nada. No me quejo, por eso no lo detengo. Usáme, total sabes que no digo que no. Usáme, total que carajo te importa si me siento mal.Todos demuestran exactamente lo mismo, y cuando aparece la excepcion a la regla, no puedo sostenerlo. No puedo. Porque me acostumbraron, me transformaron, me obligaron a ser una esclava del deseo ajeno. ÉL ME OBLIGÓ.. y de ahí en más no existió el no cómo respuesta, a menos que desease ser físicamente violada en vez de sólo psicológicamente.

Me aburren los hombres, me aburre el sexo, me aburre absolutamente todo. Si te digo que si, no te sientas especial, sentite un abusador de una pelotuda con problemas.

Nunca nadie se va a dar cuenta que atrás de esa puta reventada

hay una verdad tan fría que quema.